¿Por qué está triunfando tanto el Espresso Martini?
ESPRESSO - COCKTAIL - CURIOSIDADES
Cómo el éxito del café de especialidad ha llegado a la coctelería
Son las doce de la noche y la calle huele a café. ¿Cómo puede ser? La máquina de espresso de cualquier coctelería que hoy se precie trabaja a destajo, café tras café, para abastecer la demanda del cóctel de moda: el Espresso Martini.

“Quiero algo que me despierte y que acto seguido me emborrache”. Esa fue la frase que inspiró al bartender Dick Bradsell de la Soho Brasserie de Londres a crear el Espresso Martini hacia 1983. No se sabe a ciencia cierta quién se la dijo: él recuerda que fue una top model y la leyenda urbana hablaba de Kate Moss y de Naomi Campbell, pero ambas eran niñas por aquellas fechas.
Sea como sea, Bradsell explica que tenía siempre presente la máquina de café del sitio y no podía ser de otra manera, ya que estaba justo al lado de donde él preparaba las bebidas, así que ante esa petición se le ocurrió hacer algo con vodka, el destilado de preferencia de la época, con una taza de espresso, licor de café y azúcar, todo bien agitado en una coctelera con hielo y servido on the rocks. Lo llamó Vodka Espresso.
Pero tal y como explica la Difford’s Guide, la biblia de la coctelería, pronto se puso de moda servirlo todo en una copa de Martini y fue entonces cuando Bradsell volvió a prepararlo en el bar Match, en 1997, y así nació el Espresso Martini, que nada tiene que ver como cóctel con el Martini salvo la cristalería donde se sirve.
Y ahora otra moda lo ha vuelto a catapultar al estrellato: la del café. Es lógico pensar que gracias al crecimiento del gusto por el café de especialidad todo lo que tenga que ver con el café será tendencia. En el caso del Espresso Martini, donde el café es protagonista, un buen café recién hecho hace brillar todavía más las ideas geniales que se combinan en esta bebida.
La explicación por su éxito también tiene que ver con los efectos del propio cóctel. Es bien sabido que el alcohol actúa como depresor del sistema nervioso y que su consumo nos va atolondrando poco a poco hasta sumirnos en un sopor inevitable del que uno despierta a la mañana siguiente con el también inevitable dolor de cabeza. Sin embargo, la cafeína del Espresso Martini actúa como revitalizante, y en una noche larga y animada, sea al principio, durante o hacia el final, se agradece ese pequeño empujón para seguir disfrutando de las horas. Esto, sumado a la belleza del cóctel, que es elegante, oscuro, con un dedo de espuma, y la posibilidad de ajustar la receta en términos de destilados o de dulzor al gusto del consumidor, tal y como quien toma su café sin nada de azúcar o quien le echa tres cucharadas, han contribuido al éxito del trago.